A mí, que recorro con ávidos ojos,
tu despierta silueta en la pradera,
no me brindes por respuesta, el silencio.
Cuéntame en secreto, tu ilusión primera.
Dime que hacen Brinkmann, las antiguas casas
que ajadas de tiempo, aun lucen altivas,
robándole al viento todas sus fragancias,
y el color alegre de las siemprevivas.
Cuéntame, si aún perduran bajo tus calles,
los ecos de carros, con ruedas de hierro,
deambulando con su carga de esperanza,
trajinando un tiempo de sol y destierro.
Has visto Brinkmann, si junto a los durmientes
descansan, de los peones sus historias,
con los ojos hurgando, en el horizonte,
buscando en los trenes, sus viejas memorias.
Busca en tus recuerdos, los sonidos vagos,
que el cielo surcaron desde el campanario.
Dime si en tu Iglesia lucían las niñas
las sagradas cuentas del blanco rosario.
Háblame aunque sea, en suave murmullo,
de las esperanzas, los miedos , la calma
que late en tu gente, llena de pujanza
En este aniversario... sáciame el alma.