La bella moreliana, de ojos verdes,
roseada por la brisa, de la fuente,
en calles coloniales, que te pierdes,
en medio del candor, de tanta gente,
no pienso que al momento, lo recuerdes,
hoy tengo en mi memoria, tan presente,
eras la dulce niña, que jugabas,
estos frescos jardines, adornabas.
Cuando ibas visitando, los confines,
las tarascas bañadas, por la brisa,
de niña visitabas, mil jardines,
tu rostro dibujaba, tu sonrisa,
jugabas deslizando, tus patines,
pequeña no mostrabas, tanta prisa,
de la infancia conservas, tu belleza,
en una edad tan joven de princesa
En Morelia, los años han pasado,
conservando sus muros, de cantera,
como imagen de foto, que ha atrapado,
los colores de eterna, primavera,
el paso de los años, no ha logrado,
dañar la arquitectura, de primera,
hoy luce tu mirada, dulce y tierna,
aunado a ya tener, belleza eterna.