Lo bueno que es gritar
soltar el lamento,
como un gemido inescrupuloso.
Lo libre que se siente el grito de fluir
y de ser uno con el viento,
¡gritar! ¡gritar!
nadie lo impide.
Gritar,
como si desde dentro saltara,
vestida de voz,
una paloma.
Gritar,
porque a cada instante,
viento, fuerza y voz son solo una.
Quedate en silencio
y escucha las aves,
¡Gritan!,
parecen trinos,
pero yo se,
lo se,
son gritos.
Shhh..! ¿Oyes los árboles?,
sus hojas,
gritan al ser tocadas por el viento.
Ahora escúchate,
silencio,
¿oyes el grito?,
adentro,
¿lo escuchas?,
esta allí,
es tu grito,
quiere fluir...