El niño de 16,
guarda en su nuevo jersey,
su carnet de contrabando.
De pronto se ha hecho mayor,
y en el columpio ya no,
pasa las tardes jugando.
El niño de 16,
solo tiene trece años...
siempre lleva la razón,
cualquier amigo es mejor,
para seguir caminando.
Al niño de 16,
ya no le gusta leer,
los libros que antes leía.
Ahora prefiere jugar,
acostado en el sofá,
perdido en las maquinitas.
Debajo de la nariz,
la pelusa le palpita...
perdido en el ajedrez,
de quien no le gusta a quien,
deshojando margaritas.
Si al niño de 16,
le riñe algún profesor,
y este te cita un buen día.
Que sepas que él nunca fue,
porque él nunca molestó,
solo le tienen manía.
Y dentro de su anorak,
solo guarda trece inviernos...
él nunca tiene qué hacer,
no cumple con su deber,
él solo tiene derechos.
Al niño de 16,
cuando le toque cumplir,
la edad que no cumplió Cristo.
Y quiera reflexionar,
y se dé cuenta por qué,
realmente no fue muy listo.
Será tarde para andar,
los caminos desandados...
y su papa y su mama,
abrazarán el sofá,
llorando desconsolados.