Lo siento, pequeña…
Miento, si te digo que no te comprendo,
lo que tú me cuentas, sí que lo entiendo,
la mentira es aquella que no tiene cara,
que pasea ufana entre el fuego y el agua
como flecha certera siempre da en la diana
embrujando la mente carcomiendo el alma.
Luché contra ti con capa y espada
cuando reconocí la verdad de tus actos,
pero el odio es mezquino y la venganza rastrera,
es mejor olvidar episodios ruines,
conservar en el espíritu la buena conciencia.
Y como dice el refrán:
me compraré una silla para verte pasar…
Aunque sea en espíritu y me burle de tu alma.