Ayer
precisamente ayer
me dijeron te quiero
con una fantasía de Agatha Christie
con una sonrisa oculta entre los labios
y gloriosos juramentos
de crujiente azúcar quemada
símbolo candente
que nos prometimos con buenos augurios
cuando los besos solían perderse
en el musgo de las canaletas
Ayer
desde adentro
entre edificios, parques y orquestas vecinales
quemé nombres escritos en papel
con el único convencimiento
de brujo mirador de certeras cartas
por eso me alejé de espaldas
al sitio donde quince minutos
son una eternidad
Ayer
precisamente ayer
yo también les dije que las quería
y las abracé
sintiendo en mi pecho sus senos
cien veces les perdoné
y me perdonaron mil veces
les enseñé a amar
entre incendios y girasoles
que giraban junto al lecho
Ayer
desde el muelle
escuché aullar a las desesperadas lobas
en el instante que cargaban
sus cruces de salvación
y se fueron por el mar dragando
dispuestas a coser sus ombligos
con alambre oxidado
dispuestas a cruzar sus sexos
como fantasmas a medio vuelo
Ayer
precisamente ayer
las imaginé desnudas con la boca abierta
y grité con voz tridimensional
son las de ayer
y eso no es mortal
desde que soy cometa en el averno
ya no sé nada de ellas
menos de los demás
no sé a ciencia cierta
con cual mano comen
qué tono tienen sus sombras
no sé de sus caprichos femeninos
ni siquiera sé con exactitud
la medida de sus íntimas prendas
Ayer
desde mi balcón
tracé el límite de lo invisible
con punto cruz
las dibujé
a todas ellas color esmeralda
las pinté
les puse aire acondicionado
y pecas de mil colores
con mis manos de pianista
les hice señas
por el micrófono de la plancha fría
les canté
y llené de coraje sus pupilas
para que lloren con mis lágrimas.