Luna ládrale a los perros para que dejen tranquila
a esta noche negra negra negra como mi martirio
luna responde a los grillos con un titilar de estrellas
con un silencio de nubes albricias de luna llena
luna cántale al arroyo que baja por la reguera
acariciando los juncos que duermen en la ribera
y dile luna a la brisa que no sé vivir sin ella
Alumbra el camino triste por donde se van mis penas
a lomo de la llovizna que cae sobre los lirios
blancura sobre la sombra sombra de amor en querellas
que para amarla estaría rogando la vida entera
trastabillando recuerdos para conseguir sus huellas
luna ilumina la senda por si acaso ella volviera
Ya no me quedan tristezas ya el dolor casi no aqueja
de tanto sufrir el alma es como un jirón de idilios
que ya no encuentra añoranzas donde calmar sus delirios
cuando se acaba la vida la soledad se acelera
como una amarga nostalgia con luna sobre las tejas
como las horas amargas en largas horas de espera.