Delalma

YO ERA UN ENCANTO

Cuando  pequeño, yo era un encanto

un  niño guapo y casi santo;

bueno… así contaba mamá.

Pero tenía un defecto…

amaba la soledad y,

andaba siempre muy erecto.

 

Pero caminar erguido…

no debe ser motivo de preocupación, creo.

Mi amorosa madre me llevó al pediatra…

Donde exámenes van, exámenes vienen,

y una agarrada de pierna a la secretaria

terminaron con mi visita pasajera…

 

 “Señora -dijo sonriente el doctor-

el caso no es de pediatra

… mejor llévelo al psiquiatra,

que éste va a ser su tortura”…

 y si puede: ¡métalo al convento! ¡pa’ cura!

 

Nada más escuchar esa recomendación

empecé a alucinarme barrigón; mesas grandes

de blancos manteles y repletos de comida… ah!

¡¡¡Qué grande satisfacción…!!!

¡Vino… mujeres… perdición…!

(Perdón, digo…oración!)

 

MI madre muy asustada

miraba al doctor desconcertada

“su hijo no padece de nada…

pero no dude, la va ha hacer padecer

siga mi consejo y líbrese de éste niño viejo”…

 

Entre alegre y orgullosa…

una sonrisa de alivio y una mirada piadosa

mi autora me dio varios besos,

me jalaba los pelos y remecía mis sesos,

así eran de mami sus mimos.

 

Muy linda mamá iba a misa, decía que era  pía,

más creo yo…  era muy  pilla

pues cuando iba conmigo a la capilla…

no rezaba, revisaba la alcancía.

 

Mi vida era un jolgorio

y el colegio un martirio,

muy mal en aplicación

y cero en religión.

 

Sin embargo, hice mi primera comunión

para estar en paz y con Dios en unión,

el cura me regaló, de Jesús, una ilustración

para colgarla en mi habitación.

 

Y para que dejen la abulia y la tertulia

ha comprometido a la curia…

me hagan un hombre de alcurnia

para librarme de su furia.

 

De manera que sin tormento

yo estuve un tiempo en el convento

Todo era leer y pensar… en mi sustento

Pan y filosofía… ¡vivía contento!

 continuará…

Delalma

Lunes, 07 de junio de 2010