Eras mi bien, esa única esperanza,
Aquel inmenso amor que yo busqué;
En ti deposité total confianza
Y al marcharte, sin nada me quedé;
Placentera dulzura era mi andanza,
Porque mucho de ti me enamoré;
Después forjaste en mí tanta templanza
Porque al dejarme la vida se me fue;
¿Por qué Señor me engaño tan constante?
¿Por qué todo terminas con dolor?
Si tan solo mi error es ser amante
Y al hacerlo, entregarme con fervor;
¿Por qué me arrebataste en un instante
La dicha que me dio su fatuo amor?…