Claudio Azofeifa

El frio.


El frío siempre viene bien con el amor. 
Pero hay días que el humo resulta el único compañero y confidente.

Se muestra al frente, 
en la delgada línea del horizonte,
gris, Asciende, suavemente...

¡Puro! 
¡Pálido!
¡Tosco!

Cómo ascendería un alma 
sin ilusión.
Con calma y un lento dolor.

Acompañado de las estrellas
y la tristeza del día. 
Se hace menos tóxica, la soledad.
Con ese mal fabricado 
por la naturaleza, lleno de ilusiones y oscuridad

Consumo mi cansancio, 
con la velocidad que la yerba a mis pulmones, hasta la hora en que despierte de ese mundo oscuro.

Donde las tristezas del dia 
se incineran en cada suspiro al alma.

Acaso, ¿es agradable sentir la soledad?