El frío siempre viene bien con el amor.
Pero hay días que el humo resulta el único compañero y confidente.
Se muestra al frente,
en la delgada línea del horizonte,
gris, Asciende, suavemente...
¡Puro!
¡Pálido!
¡Tosco!
Cómo ascendería un alma
sin ilusión.
Con calma y un lento dolor.
Acompañado de las estrellas
y la tristeza del día.
Se hace menos tóxica, la soledad.
Con ese mal fabricado
por la naturaleza, lleno de ilusiones y oscuridad
Consumo mi cansancio,
con la velocidad que la yerba a mis pulmones, hasta la hora en que despierte de ese mundo oscuro.
Donde las tristezas del dia
se incineran en cada suspiro al alma.
Acaso, ¿es agradable sentir la soledad?