El maestro en su cama
Mira sus manos envejecidas
El espejo ya no le muestra sonrisas
Solo arrugas y ralas canas...
Cierra los ojos en silencio
Esperando el final de su camino
Ya nada queda, ya todo esta dicho
Terminó su labor, ya casi se ha ido...
Atrás quedaron los gloriosos días
Cuando con mucha pasión y alegría
Sus conocimientos y saber compartía
En aquella aulas luzuriaguinas...
No fueron pocos, contarlos no podrías
A todos aquellos que escuchaban día a día
Las grandes enseñanzas que impartía
En mi alma mater de mi tierra Huaracina.
Hoy el gran maestro en soledad espera
Que simplemente pasen las horas y los días
Esos recuerdos son solo una quimera
De un sueño del que pensó nunca despertaría.
Pero, sabe una cosa, mi querido maestro?
Sus alumnos crecieron, marcharon por diferentes caminos
Y lograron ser buenas personas
Y todos siguen luchando día a día.
Y no lo hemos olvidado, querido maestro
Nunca podríamos olvidar todas sus lecciones
Nunca podríamos olvidar la forma como impartía
Las clases, y como nos enseñó que no es necesario
Levantar la voz, si se habla con firmeza;
Y no es necesario gritar, si la verdad es quien nos representa.
No está solo, querido maestro,
Aquí estamos sus alumnos
Sus pupilos, aquellos que alguna vez
Sentados en esas viejas aulas,
En las desvencijadas carpetas,
Aprendimos de usted y de sus colegas
Que la letra, con sangre NO entra,
Sino con cariño, con respeto y mucha sapiencia.
Y fueron sus enseñanzas las que nos mostraron
Y nos dieron la libertad para escoger nuestros caminos.
Gracias mi gran Maestro
Gracias inolvidable Panchito!
Dedicado a mi gran maestro
Francisco \"Panchito\" Villanueva
Eres una lumbrera que nos ilumina desde nuestra juventud....