Leona que te apareas en sabanas de ciudad
escapandote de los olores de aquel luto
gata que rasguñas las patas de la soledad
maullando un llanto por el carozo de otro fruto
Te doy mi rosario de cascabeles para que prendas de tu cuello
sin crucifijos ni cristos, ni dijes de corazón de arena
Penelope que enhebras agujas con hollejos
vinagre de los besos que bebes en la cena
Otoño ya tus sépalos escaman nuestra flor
que morirá antes que las fugases mariposas
bohemia tu viviste casi el mismo dolor
de mártires que se quisieron al calor de su propia fosa.