Si un día tu huella se cansa
de andar en jardines muertos,
no quieres ser más hidalgo
de corazones ajados.
Has de saber que mi aliento
quisiera encontrarte entre cirios,
sembrar cerezos en tus venas,
anclar delirios y verdades,
ser plegaría a tú soledad.
Acerca tu boca a mi boca,
vivirás inviernos y soles,
tu calle será eterna bendición,
olvidaras la rosa negra,
suplicio de tu melancolía.
Invoquemos aquel pueblo
donde tu rostro de niño
y mi paso vagabundo,
no albergarán ningún llanto
de aquellos imperios en ruinas.
¡Seremos vida en la muerte!
LoreCruz
Madrigal de Luna
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Colombia-2018