Ya era tarde y en su mirada se veía el cielo caer. En el centro de la ciudad todos corren por la lluvia mientras ella fuma el segundo cigarro de los tres que había comprado. Una señora mayor de edad se acercó y le pidió su último cigarrillo. Ella se lo regaló amablemente, dudando de su clara adicción por el.
Entonces la señora pregunto, ¿Como has estado tanto tiempo bajo el agua sin hacer gestos?.
Ella le contesto que amaba la lluvia y que era un placer especial en su vida.
De pronto la señora le pregunta de nuevo, ¿Alguien te hizo daño?. Te ves un poco decaida.
Ella no supo explicarle que todo se debía a la culpa del amor en el que tanto solía creer. Así que sólo le dijo que eran problemas familiares, para librarse de explicaciones. Observando que la señora aun no prendia su cigarro.
Así mismo la señora le comenta, aun te falta mucho por vivir no por nada yo sigo aquí , debes ser fuerte en todos los aspectos como en la familia, en el amor, en el estudio, en el trabajo ...
\"...en el amor, amor, amor\" las palabras de aquella señora se repetían una y otra vez en su mente como golpes directos al corazón.
Así que la chica decidió hablarle de la filosofía que guardaba el cigarrillo y sus sentimientos, contestando libremente...
Todo se basa en el contexto de como todos fuman su último cigarrillo... el humo entra y sale tan rapido del organismo, como si fuese algo cotidiano pero esta vez no es lo mismo despues de tantos que has fumado antes, lo disfrutas tanto... pasando un buen rato entre carcajadas de tus amigos o la sonrisa de quien te inspira, despues te aferras a ese sabor amargo en la garganta que tanto te gustó y no lo quieres botar hasta que llega el momento de aceptar que se ha terminado la nicotina, y que te quemo dejando una marca incomparable, así que lo tiras al suelo... maldiciendo por el dolor que te causó y despues lo pisoteas sin dejar rastro de llama en el, terminando con la ceniza tumbada bajo tu tenis que se arrastra con un leve empujon, aunque a pesar de todo lo ocurrido aun sientes ese sabor tan nítido en la boca, que lo reemplazas facilmente con caramelos baratos o chicles de repuesto que llevabas dentro de tu pantalón, dejando que el tiempo se lleve la marca que te dejó y olvidando lo que ese cigarrillo te advirtió antes de fumarlo, pues causa ligeros cambios al respirar y te hacía perder la noción del tiempo.
Sin dramas la señora le devuelve el cigarrillo y le dice a la chica, disfrútalo aun hay más oportunidades, pues el anterior no era el último cigarro, todos tienen nicotina y puedes seguir buscando aquella sensación en los demás... pues sólo te hace falta liberar la carga de humo que tanto te hace mal y olvidar los rastros que te dejo, ya que no todos te causarán el mismo efecto pero si el mismo placer al saborearlo.