Al fondo de la tarde
el gran ojo de la naturaleza
es cegado
por medusas
medusas de tiempo
que se suman entorno…
Un guardián aburrido en una atalaya
parece poder tocarlas
con su cabeza sudorosa
ya muy calva
y sucia
con los calambres
de sus manos
maduras
pero no es verdad
porque no son medusas
sino nubes
recónditas
Abajo
los coches detenidos
que cuida
aguardan en hileras a sus propietarios
el guardián los observa
nuevos
diversos
brillantes
como las prendas que llevan
las falsas medusas
Y luego
con desdén
con reproche
con los ojos a punto de cegarse
por otras medusas
medusas de rabia
mira en el rincón
dentro de la atalaya
a su bicicleta
oxidada
opaca
detestable
Y los coches detenidos
vistos nuevamente desde arriba
parecen más lejanos
que las medusas de tiempo
es decir
que las nubes
que hace unos segundos
cegaron al Sol