En un rincón oscuro,
de la pequeña alcoba.
Se esconde la belleza,
encogida y alerta.
En la sutil negrura.
Como frágil rareza.
Oculta vive ausente,
la juguetona idea.
En el hueco que deja.
La razón en el sueño.
Se mece agazapada,
la ternura olvidada.
Sentimiento latente,
que la vida reclama.
Leve brote que nace.
Perdido en la hojarasca.
Desafiando la sombra.
Su tenaz fortaleza,
la libertad demanda.
No desiste en su lucha.
Ni un instante descansa.
En un rincón oscuro,
de la pequeña alcoba.
Se oculta la nostalgia,
al amor abrazada.
Es tan frágil su cuerpo.
Tan débil su mirada.
Que soñando se pierde,
en su aparente calma.
Una fuerza inaudita.
Como una bofetada.
Vapulea los sentidos,
que dormidos estaban.
Se alteran los latidos.
Los pulsos se aceleran.
Todo en belleza torna.
Nuevas miradas nacen,
en la nueva alborada.
Rebosantes colores,
desbordan las miradas.
Y se visten de luces,
las oscuras palabras.
La sangre a borbotones,
a los órganos bañan.
Un fuego inevitable,
los sentidos abrasa.
Cada fibra se altera.
Vibra desenfrenada.
La vida se abre paso,
venciendo las mareas.
Sorteando las trampas,
que intentan detenerla.
Nada supone un freno,
al deseo de alcanzarla.
En su fuerza ciclópea,
se esconde la certeza,
de la guerra ganada.
A. L.
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