Eric Rancol González

ESPERANZA SIN ALAS

Cuando el sol cerró sus ojos convidando a la luna para que me hiciera compañía en mi desvelo, me sorprendí acariciando una ilusión. Cuando la noche se llenó de ira y oscuridad perfecta mostró ante mí, me sorprendí anhelando lo insensato. Fui, por dos segundos, dueño de tus caricias, de tus besos. Fui, por dos segundos, quien anheló el cielo y acarició las nubes. Fui, por dos segundos, quien logró extraer de la frialdad de tus temores la belleza de una cálida experiencia vivida. Fui, por dos segundos, dueño de tu todo y luego, cuando la realidad acarició mis expectativas, desperté cargando el peso de una esperanza sin alas.

 

ERIC RANCOL GONZÁLEZ