Te he contemplado tanto
que hasta de memoria te recorro
con prontitud y espasmo.
Te he visto de mil formas y fondos
que sé el sello milimétrico
de tu lunar genético.
Conozco todas las briznas de tu prado,
todas tus aguas, tu silencio todo.
Andas y reposas en mis ojos
ya de ti, por ti, tatuados...
Te conozco en tus más sinuosos ángulos,
al derecho y al reverso,
viceversa, y todo lo contrario.
Recito tu recorrido en mi recuerdo,
y exactamente encajas sin pasado
en mi presente venidero.
Y exactamente es inexacto
negar que me desbordas todo.
Ahora mismo, a costa de estos versos,
el amor te hago dentro
de mis dos erectos ojos.