Benditas las puertas
Que se vuelven en pared,
Porque en el laberinto de la vida
Hay que andar y andar
Sin cobijarse siempre
Bajo el mismo techo.
Porque la siguiente puerta
Siempre está esperando
Pero nunca hay a la vez
Más de una abierta.
Porque imposible es entrar
En dos lugares al mismo tiempo,
La vida invita siempre
A ser un peregrino eterno
Para que no te pierdas de nada
De lo que para ti hay
En tus adentros.
JCEM