Santiago Miranda

Los días se lanzan como suicidas

 

Al abismo -presuroso- del olvido
Y el viento del vórtice nos avienta
Imágenes furiosas y punzantes
Fugosisimas e inevitables, cortantes
Y filosas, directo de lo ambiguo, directo
A los rostros perpetuos de la máscara
En lo indescifrable, los días se avientan
Aproximándose al borde eterno de su inicio
Reiniciando su posibilidad mítica d invariable
En real o en lo interminable, tal como nosotros
Caen de pleno en lo vivo, caen y continúan
Cayendo, en planicies volátiles, hogar de lo humano
Sin conseguir alzar el vuelo, caen y se parten
En números enteros formando guarismos vetustos
Y caligrafías circulares, tendiendo al cero
Del cero desde cero hacia el cero otra vez
Por que cero cuando cero como cero
¿Qué cero? ¿Cuál Zero? Los días vencidos
A menos desfragmentados de la estructura
Totalizante del sentido, compactado e ilusorio
Quisiera brillar como ello, eternamente puro
Aún en polvo, el tiempo suspendido es indistinguible
Del espacio o la carne, materia de lo trinitario
Todo tiende hoy a su abismo ¿el ser caído, elevará el vuelo?