En pro de su libertad, un dos de mayo
doscientos y pico de años hace ahora,
Madrid entera luchaba sin desmayo,
amotinada ante una fuerza invasora.
En un mucho más reciente dos de mayo,
solamente un par de añitos hace ahora,
hechizado quedé, a punto de desmayo,
al descubrir la sonrisa encantadora
de una adorable mujer y me rendí
y, ante el poder de atracción inigualable
de esa belleza, que estragos hizo en mí,
no pudiendo resistir a la invasora,
fui conquistado esa noche memorable
del dos de mayo, dos años hace ahora.
© Xabier Abando, 02/05/2017