Despertar en medio del amanecer, contemplándote dormir. El sueño de toda reina sin palacio. Tu piel y su textura reflejando el sol, sólo para mí... Extrañando la última caricia de la madrugada e invocándola en silencio...
Deseando la primera del día...
Voltear, y así, callada, de espaldas a tu cuerpo y tu consciencia, salir de puntillas del momento al que rescatas cuando corres tras de mí, me tomas del brazo con tu firmeza sutil
y me plantas un beso que dice:
Te amo. No te vayas todavía.
Yamel Murillo
Primavera del 17.
La Primera Noche©
D.R. 2017