Luis Enrique Torres R

Autorretrato

Yo era un muchacho bastante haragán
cuando me asaltaron las circunstancias
sábados y domingos cantaba en los camiones
ahorraba para unas botas Loredano
y besé a dos
no
a tres muchachas antes de mudarme a esta ciudad

Aquí me extrajeron el diente cariado
y de paso me arruinaron la sonrisa
este relámpago de fealdad por donde asoma
involuntariamente
el ápice más claro del pozo que yo soy

Aquí firmé facturas
documentos de empleo
paredes silenciosas
y también me tomé fotografías
me hice archivo me hice fotografía me volví
un detalle más en el paisaje de la suma
no encontré nada mejor
lo dije antes
yo era un muchacho bastante haragán
y la gente desconfiaba de mí
cómo iba a enamorarse uno tan mal vestido
cómo tendría razón

Pero tuve razón algunas veces
y si no
tuve al menos esa ira luminosa
que convierte a la estupidez en una revelación

En cambio no podría hablar del amor
- y que conste que a mi lado también duerme y bosteza
el verboso maquillaje que entre cedro y caoba
declaraban en falso los poetas provenzales -
pero tengo el recuerdo de una tarde en el bosque
inmóviles
y nosotros dos guardábamos silencio

Desde entonces algo crece a través de mis ojos
y en mis testículos
y en el rumor que hace mi pensamiento
algo de mí crece en mí como un saludo
como una tregua
como una bandera blanca

Pero no hablo de amor
sino de que me gusta agitar esta bandera

Bastante haragán es cierto lo confieso
tres muchachas besadas cuando llegué a la ciudad
quién me viera hoy caminando por la calle Juárez
mi hijo gritándome papi
mientras pienso en los asuntos de la oficina
en el taje Yves Saint Laurent que me vendieron de segunda
en los exámenes que me falta revisar
en la amistad que mansamente se vacía
o se llena

Pienso en la desnudez
en los malos olores de la gente que pasa
testimonios de salud o promesas de la muerte
pienso en mi país que es sólo un plato de lentejas

Y también pienso en este poema
que hace 23 años se fragua dentro de mí
y nunca termina
nunca dice las palabras exactas
porque es igual que yo
un muchacho bastante
haragán una verdad fugaz como todas las verdades

Tengo derecho a hablar de mí cuando hablo del mundo
porque hace muchos años miro al mundo
y tengo derecho a sentime verdadero
fugazmente verdadero
porque mi voz también puede abrazar a la gente
aunque no sea la voz de un santo
ni la voz de la lluvia
ni la voz de una madre que llama a su hijo difunto
ni la voz de un sabio antiguo
mi voz también puede abrazara los que pasan
a los que escuchan
a los que abren el libro al azar y en silencio
y a ti
sobre todo a ti
mi voz también puede abrazarte
mi voz también puede abrazarte

Aunque sea la voz de un hombre al que hace muchos años
le arruinaron la sonrisa
aunque sea la voz de un haragán
mi voz también puede tomarte por los hombros
y decir suavemente
\"estoy cantando
estoy cantando para ti\"