El alma hecha trizas,
quizá tenga esperanzas,
el mundo da vueltas,
la vida da revanchas.
Una vieja melodía lanza sus notas,
y en mi pecho se clavan mil espinas,
que traen a mi mente las añoranzas
de un amor que se diluye como las sinuosas ondas.
Un canto de amor,
un lamento en el aire
un suspiro que sufre,
un corazón que llora,
una lagrima salada.
Por un amor intenso,
con un futuro incierto.
No busquen en el silencio
las palabras que pesan.
Busquen en esos ojos tristes
la sonrisa que se perdió.
La boca huérfana en su silencio
ya no ríe, ni sonríe como antes.
Antonio Encinas Carranza
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