Y fue casi sin querer, casi sin tener oportunidad en la que pude hablarte, ser indiscreto y pedirte un beso, después esa salida y las posteriores, nuestras apuestas a mitad de cancha, los atardeceres fuera del mapa y cerca de nosotros mismos, el mundo girando y nosotros deteniendo al tiempo cuando teníamos aun oportunidad.
Ahora dime, dime de tantos reproches y estas heridas, como suenan nuestras promesas, nuestro propio eco del amor sin medida y sin disputa alguna.
Como le explico, dime, como le explico mis poetas que ya no tienen remitente, que hago con esta ganas de verte, de robarte un beso como la primera vez, como las primeras veces.
Que hago ahora que deje sin futuro a mis sueños nocturnos, ah mis manos tomándose entre ellas como consuelo por tu partida, como recuerdo de las tuyas a las mías.
Y es que el amor es más que el sentimiento de nosotros por otro, es el sentimiento de otro por nosotros, nosotros que aún no sabemos amarnos sin tener un pretextó o una idea vinculada con alguna meta, es quién esté a lado nuestro nos brinde lo que no queremos pero lo necesitamos, es él o ella la necesidad de lo correcto en medida que se presente lo incorrecto y buscar no una salida, si no, una solución.