Santiago Miranda

Paloma

 

Para ti un mar de estrellas -infinitos-
Danzando en semicírculos y SsS
Los ríos fluyendo conscientes; En ti y
Sobre ti / Un cielo habitable, sonoro

Para ti que los lagos de vapor emergieron
Del fuego tuyo suavemente, terruños carnosos
Por sobre la vaga idea y huellita tenue
Y sosteniendo en su inversión polar, lo real

Que es este cielo, un gran ojo donde sol pupila ardiente 
Del vacío irisdicente, observa, en vela
Y en velo, estallando de estrellas; el mar

Lo alto de sus semillas lumínicas, inequívocas promesas
Desgranan su esencia, despliegan el pavilo que es otro mirar
Un cielo volátil de estaciones, para ti y para todos
Ante todo un jardín de planicies etéreas, tu hogar

Perdido de sí y el mundo, quién viene, quién va
Sino todos a beber en el platino espejo que es la palabra
Ilusión paradigmática estructura autocreada
Espejismo en el desierto de lo real, necesidad primera

La base de interpuestas visiones, por ti me veo
En la necesidad de invocar otras visiones
Finalmente los girones amarillos y azuloides
Finalmente el color imprimiéndolo todo, en un vórtice

Sencillo y humilde, terruño terroso, se abren los cielos
Como un fruto desgranado, como el polvo
Que seremos, flotantes heliotropos, semillas
Reventando contra la historia su parecer, contra la muerte

Fluyendo tras el motivo de lo concéntrico
Leivmotiv certero el cielo aprisiona al ser
A vivir su sueño contra montaña o precipicio
Hundiéndo su luz en ella, en ello, en eso la-(o)-él