minsandi

A Antonio Machado

Camina, con una guitarra en la mano

un gentil poeta que se hizo soriano…

¿de dónde su camino vendrá?

Sus ojos, negros y fijos, se notan errantes

como las estrellas que el navegante

procura con su sextante alcanzar.

 

Y es que la soledad inunda con música

esa mirada que intenta ser rústica,

mas ella no cesa de amar.

Vaga ocultándose en su pasado

reviviendo los días en que fue besado

por los labios que quiere volver a besar.

 

¿Cuántos poetas vagarán por el mundo

tristes, solos, meditabundos,

con un sueño en el alma, sin poder amar?

¡Que puedan recibir en su vida el sextante

para saber qué estrella se encuentra adelante

y puedan en su vida volver a soñar!