Lluvia púrpura
se divisa al norte,
tan distante su presencia,
su aproximación a mí, es lenta,
su aroma, débil, pero constante,
incontables son los años
que estas tierras desoladas
han permanecido polvorientas,
en sequía, llenas de desolación,
de silencio, de muerte,
mi piel reseca, agrietada,
con sus llagas abiertas
aguarda esa lluvia lejana,
sin imaginar que el viento,
puede desviarla,
llevársela a infiernos o paraísos
incendiados de madures y verdor.
Es la sexta ocasión,
que después de muchos lapsos
crueles de tiempo,
una lluvia distinta
se aproxima a lo lejos,
mi retina aun refleja esas llegadas,
esas esperas, ese firmamento
que al pasar sobre mi
se torna estéril,
la esperanza, aun frágil,
tambaleante, de pie,
espera su llegada,
tantas llegadas, como árbol
firme aguarde
las inclemencias del clima,
del paso del tiempo,
adormecido con un hechizo
similar a la muerte
mi conciencia divaga, sueña.
Un sueño maestro,
padre de los sentimientos
tan arcanos y surrealistas,
es el que experimento,
mentira sobre la verdad,
o quizás…
verdad sobre las mentiras,
utopía fuera de mi existencia,
soñé que éramos humanos,
viví bajo tu embrujo
tan exquisito y sutil,
una trampa en la que he caído
solo para obtener
mi pequeña muerte, así,
logro sentir lo anhelado;
lluvia púrpura,
avanzas lentamente
mientras las llagas de mi piel
abiertas sedientas están
de tus lágrimas.
La espera recién comienza
y ya es una eternidad,
los temores generan desidia
con el cansancio mental y físico,
porqué deseas
avanzar lentamente hacia mí?,
porque a mí me exiges esa espera?,
un eco retumba en el espacio,
son tus palabras,
detenida te has quedado al avanzar,
el poder de la vida
rige sobre el destino,
y nada podemos hacer,
más que mirarnos y admirarnos
en una distancia que abruma;
un sueño maestro
me lleva cerca de ti,
junta tus manos con las mías,
entrelaza nuestros dedos,
espero la lluvia púrpura,
entendiendo que esa lluvia
la tenemos los dos
brotando de los ojos,
guardando en el alma,
en el corazón y la mente,
las palabras,
las promesas sagradas,
un pacto realizado,
y, un nacimiento…
benditos seamos por siempre
al llegar al final
donde nacerá el principio de los tiempos,
malditos seamos por siempre,
si nos extraviamos
escondiéndonos el uno del otro.