Gracias a mi hijo, a quien yo di media vida
y me devolvió una entera dando sentido a la mía
A mi madre que incontables veces me socorría
y a pesar de mis fracasos creen en mi todavía.
A mi padre y a mi abuelo que me miran desde arriba
de uno yo herede el coraje, del otro la poesía.
Mis hermanas, me disculpo por no decir cada día
cuanto las quiero, agradezco que seamos una familia.
Agradezco a todo aquel que en momentos de flaqueza
me lograron socorrer tendiendo una mano amiga.
Al que estuvo a mi diestra en mis noches mas siniestras.
También a los enemigos que en mi espalda vociferan,
se quieren robar mis frutos y sobrepasar mi sima.
Las serpientes solo hablan cuando mis ramas prosperan.