Fluye... el nostálgico aroma de la menta,
por aquella vieja y conocida senda...
Fluye... el llanto por la ladera
al quedarse la mejilla de besos desierta...
Fluye... el miedo a la condena
de seguir huyendo en plena pelea...
Fluye... el grito en medio de la guerra
cuando estás menos viva que muerta...
Fluye... el canto de la sirena,
perdido entre la densa niebla...
Fluye... esa melodía que enreda,
en sábanas de locura nueva...
Fluye... el río de sangre en mis venas
ante un latido que no serena...
Fluye... el deseo de tenerte cerca
bebiendo de tu piel sobre la mesa...
(¿ Será una imagen muy intensa?)
Fluye... la oración de quien reza
por un pecado que a nadie confiesa...
Fluye... la miserable tristeza
de no saber si ese pecado te condena...