Entre cadáveres y cascabeles,
La noche me dio un suave beso placentero.
Esos que marcan el antes y el después de mi paradero…
Nómada obligado,
Pensador involuntario.
Me presto a la noche y sus caprichos,
Un as muestra su intención.
La renuncia mal lograda, miradas olvidadas.
Elegantes figuras consumidas en el pecado…
Delirios sentimentales,
Y maquinas oxidadas.
Son el precio a pagar, después de una minería mal hecha…
Fantasías compradas por la costumbre,
Financiada por la soledad.