Te quiero
mi cuerpo se acuesta
sin tu aroma
solo
sobre un lecho partido
vestido de oscuridad
mientras mi insomnio deja
volar sus pavesas la noche
ensancha redes de miedo
tiemblan
los retratos del pensamiento
caen del nido
como sinsontes hechos de pelos
de ola de mar
Dónde
están tus cántaros de savia
dulce un beso los quiere
atar cómo me salvo
en tu orilla cómo te puedo
abordar los pechos de tesura
de copo
de níspero
delicioso amor
y en exceso amarte
después de que ha salido
el Sol
entre la humareda tibia
que se resiste
a toda ausencia glacial