Yo escribo despacito, sin sonido,
para no molestar a los vecinos
ni a nadie que leyendo entredormido
confunda mis poemas con los trinos.
Como el vuelo sutil de mariposas
mis letras van jugando con la brisa,
se apropian de la esencia de las rosas
y mueren por morir en tu sonrisa.
Yo escribo despacito en tu almohada
para no interrumpir tu tierno sueño;
como un rayo de sol en madrugada
mi verbo en tu rincón se hace pequeño
y en la dulce tibieza de tu lecho
se enciende con suspiros de tu pecho.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
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(Publicado el 18 de julio de 2013)