Piratas que perdieron el rumbo de los astros.
Náufragos errabundos sobre las olas vírgenes.
Capitanes sin brújula, grumetes indecisos.
Pescadores sin redes, sin ancla y sin timón.
Petreles extraviados en el espejo líquido.
Trinquetes inservibles, sin foque y sin bauprés.
Andenes sin norayes, balizas inconclusas.
Atolones sin laguna cercados por escualos.
Gúmenas destrozadas en playas solitarias.
Cuadernas maltratadas por baos y genoles.
Arponeros sin barco, arrecifes sin coral.
Cardúmenes bullendo en aguas venenosas.
Y muchas otras cosas terribles y agobiantes
te ofrezco cuando viajes en brazos del océano,
ahora, en esta hora,
que anhelo tener tiempo para mi soledad.