El color depende de la mirada.
Adoro mirarte cuando
duermes, con calma.
Cuando sueñas en silencio.
Si me acerco a tus ojos
veo el niño que fuiste.
Juegas.
Si me acerco a tus oídos
escucho tu sollozar oscuro
reclamando unos brazos.
Si me acerco a tu nariz
huelo el café que al despuntar
la mañana inundaba tu niñez.
Si me acerco a tu boca...
No quiero despertarte...
Cada mañana.
Desde tu primer aroma
en mi almohada
me siento a mirarte.
Duermes.
Siempre duermes.
Ignoras entre nubes blancas.
Cada mañana.
El color de tus ojos cambia.
Cada mañana.
No puedo conocerte.
Solo imaginarte...