Ni vela devastada ,
ni cirio malgastado, ni dormido mechero,
mi deseo por ti es acelerada llamarada.
Mi siembra es incandescencia
deja que la chispa la ocupe la fogata .
Tu deslucida trasparencias destaparé
ondea en tus venas, la llama acunada.
Son tus ojos dos soles enclaustrados ,
y te invade la espiga roja de mis ganas.
Aquí vivo prisionera en tus fuegos
ardientes. A tu espera la lejanía despistada
no lanzara cenizas en mi candelero,
ni echara en mi seda el incendio de su
Cenicero.
Arde conmigo, sobre el fuego de canela.
¡Ondea tus flamas en la oda apasionada!
Derrite en mi los cirios de tus ojos,
tenme en refugio entre brazas
y bóveda encerrada
Tú calor será un fruto,
cosechado con luz y la alborada,
permíteme fundirte siendo leñadora airada
con el brillo perpetuo en lo alto.
Tu centella será luz en la alabanza,
mi lumbre ira ardiéndose
en tu candela eternizada.
Mariana Gutiérrez , Mayo 2018