Por la arena dorada me fui aquella tarde
buscaba otros lares, buscaba la calma
intentaba encontrarla allende los mares
sin saber que se hallaba cautiva en mi alma.
Buscaba esa calma que creía divina
buscaba con celo su caricia añorada
sin saber que en mi pecho encerrada vivía
allí en el silencio esperaba callada.
Hundiendo mis pies en la arena dorada
sin mirar hacia atrás yo me iba alejando
respiraba despacio el pecho calmando
las aguas azules mi cuerpo besaban.
Llegaste corriendo abrazaste mi cuerpo
comprendiste que estaba mi alma cansada
tus cálidos brazos se hicieron murallas
impidiendo que durmiera para siempre en las aguas.