Un canto amenaza,
Como una bala adicta al vuelo,
Hace temblar las estatuas en sus catres naturales,
Aun de barro y piedras escondidas.
Un canto que usa solo tus vocales,
Tus consonantes azules y saladas,
Vibra mi muchedumbre vacía,
Mi lápiz, mi tinta, mi papel errático…
Que te cante el mundo,
¡Que te cante!
Con su garganta negra o luminosa,
Que mueva sus continentes con su canto,
Sus ideas que deambulan por los cielos,
Un canto que transcurre y se acumula… sin llegar.
LRL
7-5-2018