Es la poesía
un surrealismo
existencial
que nos abre
el camino
hacia un mundo
de equilibrio.
Los versos vuelan,
construyen montañas,
generan volcanes
que entregan palabras
al corazón navegante
de los ojos
que en lo más íntimo
crean
lunas de entusiasmo
en el mundo silencioso
del poeta.
Lejos del Olimpo,
se fraguan universos
fragmentados
en los ríos emocionales
del corazón,
donde el ritmo es oro
y la metáfora
el nardo
constructor
de realidades míticas,
atesoradas
en las rimas oníricas
enamoradas
de los nuevos mundos
creados en las letras.
Y al final…
el silencio de la paz
gobierna al corazón.