enzocisnerosm24

Son las dos de la mañana

              bordes negros limitan los cuadros de mi visión entre el colchón

  y la transparencia provocada

por el movimiento rítmico del aire.

vuelan las estaciones

como pedazos

de árbol caen, conflictivamente, con el suelo.

Hipnotizado por la luz

del único poste visible, paso parte de mi cabeza

por el fúnebre cuarto marco e inhalo

un aire transcurrido

en dos bombeadas; una, deseosa; otra, engañosa. 

Vuelvo a encontrarme con la estructura

  de mil formas, el perchero que de humano le falta poco, aún este apocado por una bestia

color marrón de un único fin, silbar junta a la brisa , mi ropero.

Son las dos de la mañana y no lo entiendo