Edu OZ

No provoques al lobo.

A mi que me importa

si hoy el cielo se parte

en dos,

porque un hombrecillo

de sonrisa torcida

tose piedras huecas,

el tiene un pecho frío

de escopetas mojadas y

herrumbradas,

y yo un pecho caliente y de buen acero,

sigo su juego mientras el atardecer

deja claro quién es quién,

la reconciliación

siempre es un buen antídoto,

pero por si acaso,

también tengo un veneno

azúl verdoso,

¡cuidado con provocar mucho al lobo!

que te puede devorar,

y aveces yo soy lobo.