En el momento álgido.
Cuando la voz se quiebra.
Las razones se mecen,
en una duermevela.
Los sentidos creciendo,
se liberan a prisa.
Los pensamientos vibran,
por desvelar el climax.
La inteligencia lucha,
por mantenerse en vela.
Los sonidos se pierden,
en la profunda sima.
Desbordando la sangre,
que recorre ls venas.
Queda luz que se oculta,
cuando la sombra llega.
Susurro que se esconde,
en la boca entreabierta.
Dulce cálido aliento.
Un hálito encubierto,
que la ansiedad sofoca.
Tibio sueño olvidado,
en la oscura mazmorra.
Donde vive el recuerdo,
latente en la zozobra.
Como un eco perdido,
en la voz que se añora.
Pequeñeces flotando.
En las grises penumbras,
de las ideas locas.
Creciendo como esponjas.
En las serenas aguas,
que nutren la memoria.
Grandes tornan vestidas,
con renovadas ropas.
En la Luna olvidada.
Se quedó la conciencia.
Volviendo en plenilunio,
lúcida y despierta.
Con la voz cristalina.
De matices cubierta.
Translúcida y brillante,
como fugaz estrella.
Vuelve la luz radiante.
Cálida y sanadora.
Sobre los cuerpos prístina.
Diluyendo las sombras.
A. L.
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