La luna se refleja en claros luceros
racimos de luciérnagas titilantes
lucen con destellos de guiños celestes
silenciosamente resuena el estéreo
música perfecta para dos amantes
que piden al sol por piedad ¡no molestes!
consuelo que el cielo les sirve de velo
se forjan de carbón a bellos diamantes.
Tiempo, hora de sumar ¡por favor no restes!
sin salida, atrapados en el desvelo,
vigilia prohíbe los sueños errantes.
El amor los condena por reincidentes.