Conformismo... Hipocresía... Indiferencia...
tres palabras que se abaten sobre la existencia humana...
Conformismo pues debo aceptar que te fuiste,
que ya no estás a mi lado
que decidiste tomar otro rumbo
en busca de otro mundo,
dejando al mío desolado.
Conformismo, porque debía amarte por ratos,
por momentos, por pedazos,
en domimgos o feriados,
unas horas, cuando hubiera un espacio
en la vorágine de la rutina
a escondidas, sin un prefacio.
Conformismo pues solo podía tenerte en sueños,
hacerte el amor en poemas y versos mal rimados
con la ayuda de la luna elaborados
en noches de insomnios
y deseos desvelados.
Hipocresía... porque desde que no estás
mi universo es un caos,
porque soy un despojo de fibras y tendones
desgarrados y sangrantes,
dolientes, mutantes,
pútridos, infectos, trashumantes.
Hipocresía, porque la vida sigue
a pesar de estar muerto,
fingiendo una sonrisa,
cuando me llueve por dentro,
aparentando felicidad,
cuando sin ti, soy solo un esperpento.
Indiferencia cuando en alguna ocasión te veo
y hago como si nada
como si no dolieras en el alma
como si el vacío que dejaste,
en realidad no fuera nada,
como si no te desnudase
con mis deseos, con mi mirada.
Indiferente ante la pena
que completamente me embarga,
por haberte amado tanto
y por seguirte amando
aunque hoy, lo que una vez fue la dicha,
se vuelva, como la hiel, amarga.
Conformismo, hipocresía, indiferencia...
aunque no fuimos novios, ni pareja
tampoco amantes que comparten lecho
no fuimos marido y mujer,
ni siquiera amigos con derechos,
tal vez no fuimos nada,
o en verdad fuimos todo eso.
-. Par
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07052018