Soneto
A primeros repiques de campana,
un beso aun dormida, grabo en su frente,
¿Cómo lo tomó, déjeme le cuente?
Del beso amoroso por la mañana.
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Escoger instante y lugar se gana
y se da con dulzura lentamente
que conciba tu amor continuamente
con la luz que traspasa la ventana.
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Rosa sus mejillas, que tu ojo abierto
traspase los suyos con mucho tino
diáfano, puro, y muy sutil, despierto.
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No líes con ensueños, es divino
saberla animada, todo fue cierto
si corresponde al beso matutino.
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Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
“Hombre de Maíz, 2009”
Guatemala, C. A.