Te recorro lenta, dulcemente tus curvas
que me hacen perder sin algún sentido
deseando que lo nuestro no se lo turba
el deseo pronto de recorrerte mi sino.
Te recorro con mis manos por tu piel
buscando lo que nadie ha encontrado
identificando tu geografía con la mía,
uniéndonos, lo que será puro vergel.
Te recorro pues así lo dicta mi alma,
porque mi corazón desea tener miel
de tus labios, que me traen la calma,
porque, si no recorro, no se que seré.
Te recorro hasta con el último aliento
dedicando lo que soy a tu hermoso ser;
así, amarte será lo mas valioso en vida,
será con toda seguridad el mayor placer.