La Perla Negra Dominicana
Escribir para álguien que escribe maravillosamente,
es un conflicto complicado, un gran compromiso,
pero si es una mujer espectaculármente hermosa,
querida por muchos, admirada por todos,
el problema ya es de talla mayor, como XXXL
Una negrita de Santo Domingo, me dijo ser, algún día,
pero es una escritora visceral, clara, auténtica, social,
de textos divertidos unas veces, muy serios otras,
con una explosiva mezcla Dominicana - Estadinense,
un hablar pausado, suave, acariciador, fascinante.
Sentimental, en la justa medida, no lacrimógena,
cada uno de sus textos es delicadamente estudiado,
cada palabra perfectamente analizada en su significado.
Jamás encontraremos una palabra fuera de contexto,
se diría que es una escritora estudiosa y dedicada.
La bauticé con todos los argumentos que lo avalan,
como la mujer de la sonrisa de los 64 dientes,
por esas perlas que exhibe de manera permanente.
La negra de belleza humillante, con su piel canela,
sus labios carmín y ese par de luceros de mirada genial.
Imagino a Dios planeando su creación para sorprender…
“No hay un hombre que me de garantías con su costilla,
mejor volveré al sistema original y tomaré poquitos…
de dulzura, picardía, romanticismo, nostalgias, ternura…
mezclo con agua del caribe y hago un bombón”.
Y fue su obra cumbre, un ser de pergaminos…
Una dama en el total y estricto sentido de la palabra,
sensual, agradable, alegre, tierna, cuasi perfecta.
Mi amiga Leydis de la Cruz, la negrita de Santo Domingo,
a la que llevaré en el corazón… eternamente.
Ron Alphonso
8 de mayo de 2018