Salvador Cano

Ilusión.

Un pensamiento, sin locas falacias se dirigen a tu nombre,

allí donde todo me es y no es, allí donde eres mía.

El recuerdo marchito, acaricia sin avaricia

el deseo perpetuo de que te entregues a mi.

 

Es superfluo pensar el por qué te amo,

es un sentimiento sin ganas, sin necesidad, sin voluntad.

Solo sé  que una mirada, que una sonrisa, que una palabra

corrompieron el desquiciado y estúpido meollo de mi alma.

 

Es etérea la predelicción, no es en vano mi afección

No te miento al decirte que te quiero, que te amo.

Es un sentimiento puro, como una verdad, como una imaginación.

 

Mi corazón ademán  de esperar de ti,

ese amor improbable.

Ese amor lejano, que alimenta mi terca alegría,

Que resiliencia mi ambición, mi afanes. 

 

Te deseo, 

Es admitir con ataraxia que necesito de ti

Que necesito recordarte, en cada instante. 

Es sin voluntad, 

es la limeréncia   de mi cuerpo, de mi mente, 

de mi corazón que te anhela de una forma inmarcesible.

 

Eres tú, la serendipia de mi vida,

lo que no quería, lo que ahora anhelo  tanto.