En la voz acorchada.
Levemente agrietada.
Los matices se pierden.
Como se aleja el agua.
Quebradas las palabras.
El sonido rebota.
Como gotas de lluvia,
salpicando en la charca.
Entre los rojos labios.
Ahora de pura cera.
Uno a uno resbalan.
Los apagados gritos,
del dolor que se fragua.
Lentamente la noche.
Deja paso a la calma.
Se retrasa la vida,
que se queda callada.
Envolviendo los cuerpos,
de una brisa de nácar.
Tierna boca que vuela.
En el aire acunada.
Sorteando los rictus.
Esquivando la niebla,
que pretende taparla.
Bordeando los gestos,
ansiosos de atraparla.
Viva risa que abraza.
Lazo de fina seda,
que tiernamente ata.
Cascada de matices.
Ahíto sin palabras.
Rimero de sonidos,
como una catarata.
Preña el viento de gozo.
Promesas de esperanza.
En los cálidos labios.
Se dibuja el futuro,
de una caricia alada.
Van vistiendo de rojo,
los besos que derrama.
Unos labios gemelos,
en un rincón aguardan.
A. L.
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