Dejando en recepción a Ringo
los turistas esperan pacientes la comida...
¡Oh, qué opípara cena!
Cuando iban a despedirse no había perro.
Los meseros balbucían:
¿El perro?... ¡Ah!... ¡Sí!... ¡El perro...!
¿Cómo se llamaba el perro?